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Anuncios machistas

La representación de la mujer en la publicidad es muy importante porque los roles más significativos que se le atribuyen son sexistas y contribuyen a fomentar una imagen estereotipada, de ahí que en las últimas décadas, algunos colectivos hayan desarrollado movimientos para frenar este fenómeno. Es obvio que en la publicidad prima esta imagen de la mujer como objeto de consume frente a su representación publicitaria en actividades profesionales y directivas.




Desde sus comienzos en los años cincuenta, la televisión ha hecho de la población masculina el centro de su atención. Las minorías étnicas y raciales estaban totalmente ausentes hasta la década de los setenta, y sólo en la última década los programas han dado a las mujeres un papel prominente. Cuando aparecen los dos sexos, los hombres interpretan, por lo general, a los detectives brillantes, los valientes exploradores y los cirujanos expertos. Las mujeres, por el contrario, siguen interpretando los personajes menos capaces, y a menudo su principal virtud reside en su atractivo sexual. Veámos en este video como esta situación no ha cambiado.



Los cambios han sido especialmente lentos en la publicidad, pues ésta por lo general trata de llegar al público a través de pautas culturales muy arraigadas. Es frecuente por ello que la publicidad presente a los dos sexos a través de estereotipos. Tradicionalmente, los anuncios han presentado a las mujeres en casa, empleando productos de limpieza, sirviendo la comida, en tareas de costura o utilizando nuevos electrodomésticos.




La figura femenina suele situarse en el centro de la domesticidad, la familia, el hogar, el universo sentimental, a través de los que se plasma mensajes didácticos entorno al buen y al mal comportamiento. El rol asignado a las mujeres es el de madres e hijas dóciles, trabajadoras y abnegadas. Los hombres, sin embargo, predominan en los anuncios de automóviles, viajes, servicios bancarios, compañías industriales, o bebidas alcohólicas. La voz de autoridad casi siempre es masculina y si no, observen el video.




El país ha cambiado enormemente en las últimas décadas y lo ha hecho también en los aspectos relacionados con la mujer. Fijémonos en el empleo, por ejemplo, la tasa de mujeres ocupadas en 1978, por ejemplo, rondaba el 28 por ciento de las mujeres ocupadas y lo ha hecho también en muchos aspectos relacionados con la mujer y en la actualidad se sitúa en torno al 40%. El porcentaje de las mujeres en la universidad supera ya al de hombres. Pero hay algo que no ha cambiado desde los años 70 y que convierte a la mujer en el blanco de las estrategias de marketing.




La mujer sigue siendo la conservadora de valores y además el principal agente de consumo, es decir, las mujeres son el principal objetivo de las campañas publicitarias dada su doble condición de compradoras de artículos para su uso y el de otros.


La publicidad es una técnica de comunicación que se encarga de difundir e influenciar en el público un bien o servicio a través de los medios de comunicación, con el objetivo de motivarlos hacia una acción de consumo, teniendo en cuenta esta definición, todo lo que este tocado o manejado por la publicidad, maneja tópicos que afectan a la manera que tenemos de ver y entender la vida.




En este sentido la publicidad crea mundos paralelos y en muchas ocasiones se nos presenta una situación no real, llena de mensajes subliminales. Así la imagen de las mujeres que se ofrece desde la publicidad ha cambiado muy poco, esta llena de todos los prejuicios que todavía inciden sobre las mujeres, representadas como meros objetos sexuales, amas de casa, madres abnegadas, siempre mostrándolas como aquellas que no conocen de los grandes avances de la humanidad a quienes se debe educar, enseñar, incluso aconsejar sobre como realizar las labores domesticas.




Los anuncios que se emiten en televisión siguen utilizando a la mujer como objeto decorativo, como premio para el hombre o como personaje secundario, la voz que ofrece éxito siempre es la voz de un hombre, las mujeres siguen siendo presentadas como amas de casa y amas perfectas, los hijos e hijas solo son de las madres, sólo ellas entiende de leches, pañales, etc., estas cosas no se representan como responsabilidad de los hombres.




Si un hombre aparece realizando tareas del hogar será como castigo por haber hecho algo malo, como un favor que le hace a su mujer o como hombre soltero que normalmente suele ser el típico desastroso y por ello va una mujer, frecuentemente su madre a rescatarle de caos.




Hay productos como los coches donde los anuncios están hechos por y para los hombres. Normalmente los anuncios son protagonizados por un hombre que suele tener un estatus de vida acomodada, es guapo y tiene en un muy segundo plano a una mujer que lo admira, además cuando aparece una familia ocupando un coche con gran capacidad, nunca se verá a la mujer al volante.


A las mujeres que aparecen como profesionales se les presenta siempre como “superwoman” que además de ser trabajadoras no faltan a su papel de madres y esposas. En los espacios publicitarios dedicados al cuidado personal femenino en la mayoría de los casos aparece un cuerpo de mujer semidesnudo a esto le unimos que dichos cuerpos son de una delgadez evidente y sus senos artificiales, este hecho provoca que el resto de las mujeres que a diario ven la televisión se sientan poco atractivas y con un aspecto físico desmejorado con respecto al que viene en los anuncios.

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