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El rosa y el azul

El modo de calificar entre femenino y masculino, como la clasificación de juguetes, es un modelo que han impuesto los medios de comunicación. La publicidad es una de las causantes de que la mayoría de los miembros de la sociedad piensen que existen juguetes para uno y para otros, ha determinado tanto el tipo de juguete que tienen que utilizar los niños y las niñas que se piensa que los “cochecitos” son para los niños y las muñecas para las niñas. Si no, observemos estas imágenes.












Si las campañas de publicidad no promovieran de forma masiva esta diferenciación, se podría jugar con cualquier tipo de juguete sin necesidad de recibir comentarios tales como “eres una nenaza porque juegas con muñecas” o “eres una marimacho por jugar al fútbol”. El siguiente video se refleja esta idea.




La publicidad ejerce una gran influencia en las personas y sobretodo en los más pequeños, estos no llegan, en ocasiones, a desarrollar el juego simbólico en su vida cotidiana ni adquieren valores, como el compañerismo, aceptación, respeto, puesto que la gran mayoría a la hora de jugar se separan en grupos de chicos y chicas en función del tipo de actividad que realicen.

Por ejemplo, en los siguientes videos se aprecia, en el mundo de color de rosa, muñecos, comiditas, entre otras, sólo participan las niñas. En el segundo video se clasifica de nuevo, los niños se encargan de las reparaciones, coches, carretera, ejercicios de fuerza, etc.





Creo que nadie se ha centrado en analizar este tema, hasta el punto de comprender como la publicidad nos manipula y discrimina. Pienso que educar en la igualdad es lo más importante y empezar desde los más pequeños es primordial. A decir verdad no existe el denominado juguete sexista, sino que es la función que se le otorga lo que le convierte en sexista. La publicidad infantil es la que más acentúa los roles masculinos y femeninos. Debemos luchar, desde la educación, por una infancia sin estereotipos sociales.